El problema no es ser mejor que Del Nabo (una inanimada barra de
carbono lo consigue): el problema es manejar un vestuario donde su inane
dirección ha generado toxicidad y relajación, mientras la peor prensa
que existe en el país (ojo, esto es mucho decir) no hace más que
intentar influir, colar a sus protegidos, lisonjear y así en general dar
por culo. El reto es ser capaz de con una mano mantener a raya el
vestuario, y con la otra a la prensa, mientras un país de gañanes y
seleccionadores palillo en boca espera ansioso para sacar pecho si se
gana y renegar de todo si se pierde. Hacer todo eso a la vez requiere
gente muy buena, y muy bragada, como Don Luis.
Antes de que lo
diga Kikogol II, sí yo soy uno de los del palillo, pero sacando pecho
cuando perdemosy renegando de las victorias.